Cerca ya de la apertura del corzo, andan los aficionados a esta modalidad pendientes del equipo que utilizarán. No está de más, ahora, hacer un repaso de todo ello, poniendo especial énfasis en la puesta a punto y comprobación de aquellos que cuenten con un equipo específico para la modalidad, previsiblemente parado desde hace muchos meses. Alguno de ustedes, además, estará pensando en la adquisición de uno nuevo, siendo entonces estas letras, que hoy traemos aquí, un oportuno apunte que intentará ayudarle en la decisión.
A diferencia de otras ocasiones, trataremos en ésta sólo de la cartuchería a utilizar y de la balística que deberemos perseguir.
Todos ustedes conocen bien al corzo, tanto en sus costumbres como en sus características físicas, tamaño, peso y resistencia. Estamos ante la más pequeña de las especies de caza mayor, con unos veinte kilos, que son, para la mayoría de los cartuchos medios, un trabajo sencillo, terminalmente hablando. Y es que apuesto que, si piensa en lo que recamaran nuestros rifles de caza mayor, seguro que estará poniendo la mente en algo sobrado para cazar nuestro protagonista de hoy.
Un repaso por diámetros y vainas deja evidencia de la poca resistencia del corzo a los impactos, siendo prácticamente todo lo ofertado válido para hacerse con él.
La cuestión, entonces, no es si nuestro cartucho mata o no al pequeño cérvido; la cuestión es si estamos usando lo óptimo para ello. Los centroeuropeos, mucho más respetuosos que nosotros en esto de la caza, prestan una especial atención a la conservación de la canal tras el disparo. La carne es para ellos un tesoro que convierte el final de la cacería en el principio de la mesa, dignificando de la mejor manera que se puede hacer la muerte del animal cazado. Ello lleva implícito esa especialización de la cartuchería de la que estamos tratando de hablar, alejada de lo estándar, para intentar darnos un canal balístico justo, huyendo del excesivo que genera los cartuchos que habitualmente utilizamos.
Como siempre que hablamos de balística terminal estamos combinando dos efectos: expansión y profundidad. Esto, unido, nos dará como resultado un canal balístico que ha de ser de una determinada dimensión dependiendo de la pieza que queramos abatir.
¿Cómo la calculamos? Muy sencillo, conociendo el tamaño de la pieza, de su tórax, ancho, alto y profundidad, precisamente el lugar donde, hipotéticamente, dispararemos y en el supuesto de una posición totalmente de perfil.
Imagine un cubo que ocupe la anatomía de la que estamos hablando: ahí debería quedar inscrita la expansión y la profundidad, algo similar a lo ocupado por poco más de un puño cerrado.¿Lo entiende, verdad? Estamos dibujando donde se debe enmarcar la cavidad que pretendemos generar, quedándonos, entonces, sólo encontrar qué cartuchos y puntas la consiguen. CyS
Texto y fotos: Michel Coya [michelcoya@ gmail.com / apuntomichelcoya@gmail.com]

Por norma general, teniendo en cuenta el tamaño del corzo, los cartuchos varmint se postulan como serios candidatos a los cartuchos ideales, siempre que seamos capaces de montarlos con puntas que no se desintegren al contacto con la pieza. Este problema es, sin duda, el mayor inconveniente de toda la saga de los .17”, pues a pesar de la afirmación anterior sobre la idoneidad de los alimañeros para el corzo, en general, todas las puntas montadas para esta familia de cartuchos son extremadamente blandas, excesivamente blandas, con muy pocas excepciones. De izquierda a derecha, .17 HMR, .17 Remington, .22 LR y .22 WRF.

Sin duda, los .17” son enormes diminutos que deben quedarse en piezas más ligeras, incapaces de ofrecernos garantías suficientes en su capacidad letal sobre caza mayor, con muchas probabilidades de solamente herir.
En la imagen, un proyectil del .17” flanqueado por dos balines: izquierda, 4,5 mm; y derecha, 5,5 mm.


Desde el suave y poco conocido 6x70R hasta el .240 Weatherby Magnum, recorremos un grupo de cartuchos tremendamente eficaces para la pieza que hoy tratamos. Entre todos ellos destaca por su popularidad el .243 Winchester, un gigante que ha trabajado y trabaja en prácticamente cualquier cazadero que se nos pueda ocurrir. De él es fundamentalmente la culpa del conocimiento que se tiene de la cota 6 mm y de su enorme eficacia sobre piezas que, a priori, están fuera de su alcance.
El top de potencia nos llega con el 6×62 Fréres y con el .240 Weatherby, sin contar, por supuesto, por su nula difusión, al .244 H&H Magnum. Cualquiera de ellos se muestra como un cartucho de caza mayor en toda su extensión, con retrocesos y rebufo que, sin ser, por descontado, desagradables, ya escapan del comportamiento ultradelicado de los 5,6. Sus distancias de uso con trayectorias muy rasantes, facilitan el tiro lejano sin mayores problemas.

Si apuntábamos como ideal un determinado canal que marcase la cavidad en un cubo de dimensiones cercanas al tórax del pequeño cérvido, ya hace rato que nos hemos pasado de ahí, con tremendas salidas que quemarán mucha carne. Lo mismo ocurrirá con quienes utilicen el .270 WSM o el .270 Weatherby Magnum, fulminantes en corzos a casi cualquier distancia, con una alta pérdida de carne.
De izquierda a derecha, .270 Winchester, .270 WSM y .270 Weatherby Magnum.

Está claro que, para llegar a ellos, por debajo quedan un buen puñado de candidatos con características balísticas sobresalientes. Desde los .25-06 Remington, el .25 WSSM o el .257 Weatherby Magnum hasta los conocidos 6,5×55 Sueco, 6,5×57, 6,5-284 Norma, 6,5×65 RWS o los 6,5×68 y .264 Winchester Magnum. Hombre, siendo coherentes, a excepción de los más suaves, el resto se trata de cartuchos excesivamente potentes para el corzo, al menos al tratar de enmarcarlos como cartuchos ideales. Eligiendo puntas ligeras cualquiera de los nombrados no tendrá problemas para abatir corzos con precisión a muy larga distancia, aunque, sinceramente, van tan sobrados que se amoldan mejor a rebecos y monteses. De izqda. a dcha., 6,5×55 Sueco, 6,5×57 Mauser, 6,5-284 Norma, 6,5×65 RWS, 6,5x68R y .264 Winchester Magnum.



Colocados de izquierda a derecha, 7×57 Mauser, 7 mm-08 Remington, 7×64 Brenneke y 7 mm Remington Magnum.


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